jueves, 3 de julio de 2014

Hoy son ellos (Júzcar), mañana podemos ser nosotros

 Todos los vascos son unos brutos... Todos los catalanes son unos tacaños... Todos los andaluces son unos vagos... Todos los andaluces son unos incultos... Todos los andaluces son graciosos... 

Cuando hablamos de  estereotipo en los pueblos o en la raza que no es la nuestra ya sea con  burlas, o comentarios, nos provoca risas, pero cuando esos comentarios sobrepasan el umbral del tópico, del chiste, con ejemplos tales como:  "Todos los vascos son unos etarras, todos los alemanes son unos nazi, todos los españoles son unos fachas",  la risa se pierde entre la rabia, coraje e impotencia. 

Generalizar es fácil, lo difícil es concretar, restingrir, es ser capaz de no acusar a un pueblo entero o a  una raza por algo que haya sucedido en su historia, o por algún cáncer que arrastre y aún no haya sido intervenido, o por un individuos que no encajan en la sociedad y que su hábitat está  o debe ser entre rejas, o directamente, en un manicomio.

Cuando generalizamos metemos en el saco a todos y a todas, a cada una de las personas que conocemos o que conoceremos y no son ni asesinos, ni dictadores, ni maltratadores... Cuando generalizamos incluimos en el mismo saco a buenas personas, a gente que lucha por los demás, a gente que cree en la libertad,  a gente que sonríe para darte los buenos días, que deja pan en sus ventanas para coman los pájaros en primaveras para sus crías, que no cogen flores para que otros las vean cuando pasen, que cuando sale un atentado en televisión derraman lágrimas, que practican los buenos valores, que no duermen bien cuando hacen algo malo, y así un largo etc. 

Cerrar los ojos, tomar aire y pensar durante el tiempo que necesitéis  si nos gustaría que 
por que un malnacido haya maltratado a un animal, recibiéramos todos y todas el  sambenito de maltratadores o asesinos... Seguramente, la respuesta ya la sabéis de antemano es NO... 

Por eso, a algunos de vosotros que está aprovechando el caso de Atila en Júzcar, que hagan un lavado de consciencia, si tienen, y dejen de generalizar, por que no saben que mañana pueden ser ellos... Aunque no lo creáis,  nadie está libre de la maldad humana, nadie se escapa de que suceda algo en tu pueblo, ya que malnacidos hay en todos los rincones, por desgracia, y cuando suceda, no os gustará que os señalen o leer en las redes sociales "los habitantes del tal pueblo son unos asesinos"

Defiendo y grito a los cuatro vientos, la inocencia de los habitantes de Júzcar y graben en su retina que un mal gesto, insisto de un desgraciado o de varios, no debe borrar ni enturbiar a buenas personas, que me consta que existen, a conservadores del medio, en definitiva, a personas que sin comer ni beberlo, ven como su pueblo, su gente queda etiquetada. 

Júzcar es un pueblo maravilloso que ha sabido ganarse a cada unos de los turistas que hemos ido a disfrutar del pueblo pitufo y debe ser recordada por esta hazaña. Por supuesto que debe buscarse el culpable de Atila, y debe ser condenado por ello y esa condena que la  llore el malnacido, no sus habitantes.