domingo, 18 de septiembre de 2011

Cultura DE todos pero no PARA todos

                Un concepto que discurre en mi  cabeza debido al debate con un sujeto muy cercano, ¿Qué entendemos por ocio? Una de las definiciones de este vocablo podría ser  “ocio es  el tiempo libre que se dedica a actividades que no son ni trabajo, ni tareas domésticas esenciales y pueden ser recreativas. Es un tiempo recreativo que se usa a discreción. Es diferente al tiempo dedicado a actividades obligatorias como son comer, dormir, hacer tareas, etc. El ocio es como una actividad realizada para descansar del trabajo. Debe tener, como toda actividad, un sentido y una identidad, ya que si no tiene sentido es aburrido. La distinción entre las actividades de ocio y las obligatorias no es estricta y depende de cada persona, así, estudiar, cocinar o hacer música puede ser ocio para unos y trabajo para otros, pues estas últimas pueden hacerse por placer además de por su utilidad a largo plazo. El ocio se puede emplear en actividades motivadoras y productivas”
En fin, el tema a tratar hoy guarda relación directa con el ocio, de ahí que haya querido ofrecer la definición. Con respecto al ocio, estamos en un país que presumimos de las numerosas actividades que se encuentran a nuestro alrededor… ¡Mira por dónde! que en Ronda hasta tenemos un librito de programación cultural y otro de participación ciudadana… ¡vamos, lo que viene siendo rodeados!.
La cultura está integrada en nosotros mismos, es parte de nuestra vida, pero como ya lo señalaba Marx en sus discursos, sólo es parte de algunos. Y éstos son la clase pudiente, ¡¡Vaya!!  Los más ricos de la sociedad… Mi propuesta es simple, si la cultura es tan importante ¿Por qué no está al alcance de todos los ciudadanos  y ciudadanas?
A los Delegados y Delegadas de Cultura se les llena la boca diciendo “desde pequeño tenemos que hacer que los niños tengan el hábito de asistir al cine, al teatro, a conciertos, etc.” Señores, yo sí quiero que mi hijo vaya al cine, al teatro y a todos esos sitios espectaculares pero ¿Me lo pagan ellos?
No podemos alcanzar  esta cultura por una cuestión  simple, conocida como dinero, la plata, el parné, la peseta, el euro, el money, la pasta, la guita, los cuartos… ¡Que triste!
Nos ponemos en situación con dos ejemplos muy claros:
 1. Sábado por la tarde, quiero potenciar la cultura en la población infantil, ¡Perfecto! hay un musical de los personajes Disney que viene a la ciudad.  Pero hijo, no podemos ir porque tú, tu hermana y yo somos 36 euros en el mismo día y 30 si son anticipadas, …  entonces es cuando se avecina la pregunta, esa pregunta que todo padre y madre tiene que hacerse llegado el momento ¿Qué hago, espectáculo o parque del barrio?
Con su correspondiente reflexión sobre el asunto: le potencio la cultura llevándolo al espectáculo o lo convierto en un descuidado cultural… y ahora es cuando vuelve a la realidad diciendo, con  ese dinero le compro los libros que le hacen falta para el colegio…  pero en la cabeza de esos padres se repite una y otra vez, eso sí cada vez  más silenciosamente, las  palabras de Ángeles González “la población infantil debe asistir al teatro…”
2. Segundo  ejemplo, estreno de la última película de Harry Potter…  el precio de la entrada es de 10 euros,  ¡Sí! Han leído bien, es una sala tan grande como el parque infantil,  la película está en 3D, y todas esas cosas maravillosas del cine de Imax... pero es que  tengo dos hijos,  no  podemos ir… a no ser que lo lleve el tío o la tía que está soltero o soltera sin ningún gasto…
Queremos potenciar la cultura pero nos  faltan los medios para llegar a ella. Lo más triste de todo, bajo mi opinión, es que por cuestiones económicas un niño no pueda disfrutar de esa ilusión mágica,  porque en los tiempos que corren sólo da para los gastos necesarios.
Soy una simple ciudadana, de recursos económicos medios, sin hijos pero cuando escuché el otro día cómo un padre le tenía que decir que no a su niña de seis o siete años  para no asistir al musical con la excusa: “nena, es que he oído que la Bella se ha puesto malita, y lo van a dejar para otro día”, fue conmovedor… Sólo pido que bajen los precios de este tipo de espectáculos para que el personal pueda asistir… al menos que el no, no sea por motivos económicos.  ¿No dice la Constitución Española que todos somos iguales (artículo 14)? … Pues ya pueden empezar con la reforma de esta parte también…
Mi línea es simple, debemos ajustar los precios entre todos, no pretendo ofender a ningún actor ni productor, no estoy diciendo que deban cobrar menos, cada uno marca su propio caché, sólo que la cultura sea un camino donde todos podamos caminar. Además,  si  entre todos ajustamos los precios, especialmente el estado,  el resultado será  positivo ya que más población podrá asistir al encuentro, lo que conllevaría a la larga más recursos, y sobre todo, que caminemos todos juntos por la senda del ocio cultural para disfrutar de espectáculos fantásticos.

           Lorena Peña: “Una entrada para cada persona en el camino”