sábado, 3 de mayo de 2014

Siempre hay una...

Si eres bueno tiene una, si eres malo también tienes una, si eres blanco, chino, negro, todos tienen una, si eres listo, tienes una, si eres torpe también una, tanto si eres guapo como feo tienes una, seas como seas todos tenemos o al menos hemos tenido una durante  un tiempo...
Si es que sin ellas, no seriamos posibles... Su cuerpo se transforman para que vengamos al mundo, y desde el instante que la vida chasquea en su interior, estamos unidas de por vida, aunque el cordon umbilical se corte, la unión queda .... Existe un hilo invisible a los ojos que no puede romperse jamás.

Efectivamente, hablo de las MAMAS, que no madres. Cada uno y cada una de nosotros nos sentimos orgullosos de nuestras mamas, para todos nos parecen las más guapas, las mas listas, las más trabajadoras, en definitiva, las mejores... Y si nuestra madre no nos parece la mejor, es que debemos revisarnos la mente, ¿Qué clase de personas seríamos si nuestras mamas no fueran las mejores?
Alguien que no ame, respete e idolatra a su madre deja mucho que desear (Sé que hay de todos en la viña del Señor como se suele decir, pero hablo de la mayoría, o al menos, espero)

Al igual que el resto de mis amigos los mortales, yo adoro a mi madre, seguramente las razonas cada cual tendrás las suyas, pero si reflexiono: ¿Por qué  la adoro ? Estas palabras se vienen a la mente: amor, alegría, fuerza, cariño, bondad, sacrificio, sabíduría, consejera, amiga, energía, valentía, entereza, maestra, calma, entusiasmo, apoyo... Y ahora que lo pienso, de pocas personas en este mundo, se me ocurren tantas definiciones.

No me cansaré de decir toda la vida, y de recordarme cada día, que yo soy lo que soy gracias a mi papa y a mi mama, gracias a ellos que han dedicado su tiempo a enseñarme cuál era el camino, no digo que sea el mejor camino (insisto a cada cual le parecerá el mejor camino el que sus padres le han enseñado) pero si un camino donde los buenos valores han sido mamados desde la cuna, donde la constancia y el esfuerzo han sido la clave, donde ser buena persona era la tierra que pisabamos cada día, donde las piedras con las que hemos tropezados, a enseñarnos  a no quitarla si no aprender a no tropezar en ellas, y si  hemos vuelto a caer, tanto mis hermanas como yo, jamás hemos escuchado un "ya te lo dijimos",  a valorar las pequeñas cosas de la vida,  a comprender que lo material no hace a las personas, a saber pedir disculpas, a llorar cuando lo sentíamos, a quejarnos lo justo y necesario porque siempre hay personas que están en peor situación, a ponernos en el lugar de los demás, a  tratar a los demas como nos gustarían que nos tratarán, a sonreír por tonterías, a esforzarnos para conseguir lo que queremos o deseamos, a escuchar, a ser autonómas y muchiiisimas cosas más que soy incapaz de comunicar con palabras.

                                

                                                                                             Muchas felicidades a todas las mamas.