sábado, 26 de octubre de 2013

Por un segundo, una sonrisa

¿Cuántas personas pasarán a lo largo de tu vida? ¡Muchas,  muchííísimas!, algunas todo el tiempo, otras unos años, otras algunos meses,  otras algunos momentos, y otras algunos segundos nada más…

 Cuando paseas a las seis y algo de la mañana y que el otro loco (como tú), te mire a los ojos durante un par de segundos, dándote los buenos días… Es empatía.

Cuando alguien choca contigo, y se detiene, para preguntarte si estás bien y  pedir un par de veces disculpas… Es pura educación.

Cuando estás en la cola del supermercado, con cara de cansada, con un solo paquete en la mano, y el caballero o señora anterior a vos, te dice: Pasa, pasa… Es pura cortesía.

Cuando alguien se detiene para venir a tocar a Nuca durante un instante, con las carreras cotidianas que aguantamos cada día, y se marcha diciéndote o más bien susurrándole a Nuca: ¡Qué bonita eres!... Es auténtica pureza.

Cuando sin venir a cuenta, alguien que lleva tiempo sin verte o alguien que ves todos los días, te manda un emoticono besando o guiñando… Es puro amor.

Cuando un niño o niña se acerca para decirte que ha sido el mejor día de su vida jugando en  el poblado prehistórico… Es una ilusión.

Cuando llegas a la cafetería, y te pregunta casi afirmando lo que ya sabe de sobra que deseas tomar… Es transparencia.

Cuando caminas y te cruzas con alguien, que no puedes dejar de mirar, sin saber el motivo… Es pura conexión.

Cuando estás desanimada, y sin mediar palabra, alguien te abraza, y te sientes arropada, sin tener que dar explicaciones… Es pura protección.


Por todas éstas, y muchas más que esperamos vivir, GRACIAS a todos y a todas aquellas que hacéis que  los días grises irradien  un arco iris. 

martes, 15 de octubre de 2013

La didáctica de la vida...


Una carrera, un módulo, un curso, un taller... ¿Cuántos de nosotros hemos realizado algunos de los anteriores con la intención de aprender? Aprender en el sentido más pequeño y corto de la palabra, cuando lo tratamos en los anteriores ejemplos, aprendemos conceptos, métodos y evaluación sobre cómo llevar la actividad, cómo plantearla, cómo evaluarla y si me apuran hasta cómo presupuestarla... 

Cuando realizas  el Curso de Aptitudes Pedagógicas, aprendes qué es una unidad didáctica, sus partes, qué es el Proyecto Curricular del Centro y un sin fin de mil cosas más, que a la hora de la verdad, no te ayuda mucho… Cuando te enfrentas a un grupo, aprendes de verdad: sabes que Infantil, adora correr, y si en medio del monte mediterráneo, lo dejas “echar una carrera hasta la encina” (Con la correspondiente explicación de la encina, que todos están con los ojos bien grandes y las orejas afiladas para no equivocarse y no tocar otro árbol que no sea la encina) se emocionan tanto, que solo por eso ya merece la pena. 

Si cuando hablas del quejigo, le pides que cada uno recoja un puñado de hojas, y las lanzas al aire con ellos debajo mientras les dice que el árbol es caduco, da la sensación que el otoño ha arropado el ambiente. 

Si cuando les cuenta (La Historia es el cuento más bonito, si se sabe narrar bien…) que los seres humanos tiraban de las piedras enormes llamadas ortostatos y les deja tirar de las cuerdas y la piedra se mueve, su cara suple cada rato que el sol estaba fuera y me quedaba en la habitación hincando codos. 

Si cuando les deja tocar las herramientas: un hacha, una azuela, una hoz, etc. Comprueban como pesa, de qué material está hecho y hasta para que sirve en el momento, seguramente en cualquier otro lugar reconocerán el sílex (Seguro que no con ese nombre pero si, al menos con el término de la piedra de los prehistóricos)

Cuando una se dedica a esto, es cansado, agotado y complejo pero cuando logras que el alumnado abra la boca mientras le narras el cuento o cuando se marchan diciéndote: “Me lo he pasado super bien, más que bien” el cansancio deja paso a la afectividad,  el alumnado se convierte en el protagonista de tu cuento, de un cuento real, donde los contenidos, objetivos, metodología están presentes pero aprendes a valorar su sonrisa, sus preguntas, sus dudas… En fin, a individualizar. 

Muchos de vosotros estaréis pensando que ese protagonismo- individualismo es imposible llevarlo a cabo en una clase con un horario fijo, con una programación estricta, con un alumnado que no le interesa el tema… Y es posible, solo hace falta, quebrarse la cabeza, solo hace falta que el trabajo de maestro no sea un trabajo ni una salida laboral sino que sea una profesión. 

Existen muchos recursos que pueden emplear para la clase de Historia in situ, no hace falta salir del aula, desde solicitar al museo de la ciudad piezas cerámicas para llevar a clase, llevar huesos y pulimentarlos, piedras para tallar… 

Seguiremos reinventando a cada instante.